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Tres acciones para prevenir el abandono escolar





El contexto en el que vivimos actualmente ha puesto en peligro la educación de miles de niñas y niños, que a pesar del esfuerzo que se ha realizado durante los años de pandemia por continuar el sistema educativo y la dedicación de los docentes, se encuentran en contextos que en lugar de apoyarlos para continuar sus estudios, obstaculizan este objetivo. En ocasiones el deseo subyacente de cada estudiante de continuar como alumno de su escuela parece insuficiente, no solo por las dificultades económicas que podrían surgir, también por aspectos sociales y emocionales que no los motivan a continuar sus estudios.

Si bien no podemos cambiar el contexto socioeconómico de nuestros estudiantes, con pequeñas acciones y nuevas perspectivas podemos abrir las puertas de la escuela, para demostrar a los alumnos que su lugar aún los espera, para transmitir a los adultos que les rodean la flexibilidad que necesitan y para comprender mejor nuestro actuar dentro del aula como una pieza clave para motivarlos a volver a la escuela.

Construir una comunidad
Es verdad que los primeros obstáculos en el camino de la deserción escolar suelen tener un origen económico, estos se profundizan cuando el estudiante y su familia están aislados de la comunidad escolar, especialmente cuando por razones sociales o monetarias ha ocurrido ausentismo, el cual se traduce en desconocimiento de los procesos que corren dentro del centro educativo y del aula, los alumnos comienzan a sentirse perdidos con las tareas y los aprendizajes logrados y poco a poco pierden contacto con sus compañeros.

Recordemos que la socialización es un factor de mucha importancia dentro de la escuela y el peso de esto en el estado emocional de los estudiantes puede ser un factor determinante al momento de decidir dejar la escuela. Al mismo tiempo, los padres, lejos de una comunidad que los apoye, cierran su visión de oportunidades a las ventajas relativas y momentáneas que podría traer el abandonar la escuela. El apoyo de una comunidad empática, que les haga saber que las puertas siguen abiertas para ellos, el saber que los profesores tienen un interés en los alumnos como personas y el apoyo de los amigos pueden cambiar por completo la visión de los alumnos y sus familias al respecto de este tema.

Evita señalar el bajo rendimiento
Identificar el bajo rendimiento de los alumnos es importante como un indicador de que algo ocurre con ese estudiante y como docentes necesitamos saber en qué lugar encontramos a nuestros alumnos. Sin embargo, suelen tener un efecto negativo en los estudiantes, quienes se sienten señalados, estigmatizados y en desventaja con sus compañeros. Estos normalmente se asocian a factores diversos y no a un simple desinterés. Podrían deberse a barreras de aprendizaje, estrés, dificultades de concentración, etc. Investigar las causas profundas de esto y buscar soluciones dentro del salón de clases nos pueden ayudar a eliminar la presión que sienten los alumnos, así como a encontrar rutas efectivas para subsanar lo que impide un mejor rendimiento en el día a día.

También es importante evitar que los alumnos sientan que las calificaciones son lo único que cuenta de su esfuerzo, muchos alumnos que suelen obtener buenas calificaciones viven con la presión de mantener esos indicadores, mientras los otros acaban por desinteresarse en la escuela al darse cuenta que nunca lograrán los resultados esperados.

Estar atentos a las alertas
El primer indicador siempre será el ausentismo. Si un alumno empieza a desaparecer de nuestras clases, participa poco o entrega menos tareas, si las relaciones con sus compañeros se empiezan a diluir y si durante la clase parecen cada vez menos atentos podríamos intuir que algo está ocurriendo. Cualquiera de estos signos podría implicar una situación personal que llevará a largo o mediano plazo a la deserción escolar.
Como docentes no podemos ser terapeutas, ni tampoco solucionar las razones de su contexto que limitan el aprovechamiento, pero sí podemos demostrarles que su lugar es en la escuela.
Después de la pandemia es posible que veamos un aumento en los índices de abandono escolar, pero desde el aula podemos poner en marcha mecanismos que les ayuden a continuar su educación.




Autor:Soy SNTE
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