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Ruido en el aula: un problema para la salud y el aprendizaje

Las escuelas y los docentes deberían tomar medidas para reducir los ambientes ruidosos, pues está comprobado que estos tienen efectos negativos en los docentes y los estudiantes.

Los altos volúmenes que predominan en un salón de clases no solo son una fuente constante de estrés para los docentes, sino que también pueden derivar en problemas de salud para ellos y sus alumnos. Diversos estudios han demostrado, además, que un nivel alto de ruido ambiental o una reverberación inadecuada producen interferencias en los procesos de comunicación y en los procesos cognitivos de los estudiantes, señala en un artículo la Federación de Enseñanza de España (Feuso).

Una encuesta realizada en enero de 2018 por el sindicato de docentes SE-UNSA, en Francia, reveló que de un total de 7,500 profesores de secundaria, el 32% reportó tener problemas de audición y el 78% consideró que el ruido es la situación “más estresante” para un maestro. En noviembre pasado, dicha organización sindical solicitó que se realice una inspección acústica en todos los edificios escolares franceses, con el objetivo de mejorar el entorno laboral de los docentes y reducir los riesgos para su salud, informó el diario Le Monde.

"Desde principios de la década del 2000, varios estudios han demostrado la relación entre el nivel de sonido ambiental y el bienestar o la salud de los profesores y los estudiantes", confirmó al diario francés Valérie Rozec, doctora en psicología ambiental y gerente de proyectos en el Centro de Información y Documentación de Ruido (CIDB).

Una investigación publicada en 2004 en el ‘Journal of Speech, Language and Hearing Research’, por ejemplo, señala que un 50% de los docentes en Estados Unidos sufren daños permanentes en sus cuerdas vocales.

Los estudiantes, por su parte, no sólo ven reducida su capacidad cognitiva en ambientes ruidosos, también presentan una menor concentración, problemas de sueño y dolores de cabeza. “Además, los niños y jóvenes ven incrementado drásticamente su nivel de irritabilidad y agresividad”, señala el docente José Manuel Rodríguez en el blog Educación 3.0.

Este profesor señala que muchos centros educativos en España ya han adoptado medidas para reducir el ruido en las escuelas. Entre ellas, la implementación de monitores que miden el nivel de ruido en las zonas comunes, así como la instalación de techos, paredes y suelos con materiales que absorben el sonido.

“Es muy importante seleccionar los materiales de los revestimientos de las aulas, así como los elementos separadores de las mismas: los materiales deben ser absorbentes para que impidan o disminuyan el eco”, señala la Feuso.

Dicha organización sugiere otras medidas de prevención sencillas y poco costosas, por ejemplo, colocar parches de fieltro en las patas de las mesas y sillas; hacer un mantenimiento periódico del mobiliario de las aulas; reparar los cajones que hagan ruido; colocar cortinas o persianas en las ventanas, así como recubrimientos de corcho (que pueden ser tablones de anuncios) en las paredes.

Otra idea que además puede involucrar a toda la comunidad escolar es llevar a cabo campañas de sensibilización para controlar el ruido: con carteles o eslóganes, llamadas de atención en los pasillos, y la difusión de un reglamento claro que delimite las horas y las áreas de silencio.

Autor:Grupo SM Fuente:http://grupo-sm.com.mx/?q=blog-ruido-en-el-aula

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