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“El desarrollo y la adquisición de competencias digitales tienen una importancia capital en la formación de nuestros niños y jóvenes”

La pandemia del coronavirus ha propiciado un aumento en el uso de la tecnología en todos los sentidos. Esto genera unas consecuencias si no se hace un uso responsable. José María Otín, psicólogo especialista en Psicología Legal y Forense, criminólogo y doctorando en Psicología, apunta la importancia de dotar conocimiento desde edades tempranas sobre el uso tecnológico.

Fuente:http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/jose-ma-otin-el-desarrollo-y-la-adquisicion-de-competencias-digitales-tiene-una-importancia-capital-en-la-formacion-de-nuestros-ninos-y-jovenes/


La tecnología ha permitido en los últimos años un gran avance social y económico. Los avances tecnológicos han entrado en el aula, en los quirófanos, en las redacciones, pero también en los hogares. Todo ello nos ha permitido introducir mejoras, pero también conlleva riesgos si no se hace un uso adecuado. Para ello, se llevan a cabo campañas de sensibilización en la sociedad por parte de diversas instituciones. Hablamos con José María Otín sobre cómo abordar los problemas que nos puede presentar la tecnología y el impacto, especialmente, en personas jóvenes.
El aumento del discurso en redes sociales es una problemática social grave, especialmente, entre los más jóvenes. ¿Cómo se puede combatir?
Los niños y adolescentes carecen de un juicio crítico sólido, están en desarrollo físico y psíquico. Es una etapa muy permeable, en la que captan con facilidad aquellos mensajes que les llaman la atención. Es lo que se aprovecha desde los movimientos xenófobos e intolerantes de todo tipo, que utilizan mensajes simples, directos y fácilmente asimilables, acompañados de una simbología y formalismos que fomentan el sentimiento de pertenencia a un grupo, algo que es muy importante en la adolescencia. En consecuencia, resulta sencillo que sus idearios calen con facilidad en ese sector de la población. La mejor manera de hacer frente a este problema pasa, en mi opinión, por utilizar sus propias armas, a través de campañas de información especialmente diseñadas y dirigidas a los jóvenes, acompañadas de alternativas de ocio que les resulten atractivas; junto con la inclusión en los programas educativos de contenidos que fomenten la tolerancia, la diversidad y la aceptación de aquellos que los jóvenes no consideran “iguales”.
¿Cuáles son los delitos cibernéticos más frecuentes?
Con mucha diferencia, los fraudes y estafas informáticos acaparan casi el 90% de los delitos denunciados; seguidos, muy de lejos, por las amenazas y coacciones con el 12%. Estas son las cifras que facilita el Sistema Estadístico de Criminalidad de la Secretaría de Estado para la Seguridad, siempre basadas en hechos denunciados y conocidos. Pero en lo referente a delitos graves contra las personas como la corrupción de menores, el ciberacoso, las denominadas “sextorsiones” o el abuso sexual de menores en internet no sabemos realmente el alcance de estos delitos, puesto que no se conoce el número de ellos que no son denunciados por sus víctimas, es lo que en criminología se denomina “cifra negra”.
¿Somos conscientes de los peligros que hay en Internet y, en especial, en las redes sociales?
La respuesta debería ser un “sí” rotundo, atendiendo a la continua difusión de campañas y programas de prevención e información al respecto. Pero la realidad es terca y se empeña en mostrarnos que no es así. Y en ello influyen algunas características del ciberespacio que lo configuran como un ecosistema ideal para el delito: el anonimato, que propicia el denominado efecto de desinhibición online, y el efecto de la masa, que facilitan la ejecución de conductas temerarias que no llevaríamos a cabo en el mundo físico; la contracción del espacio, con la desaparición de las distancias y las fronteras; o la facilidad de acceso a internet, por decir solo algunas. Son características que contribuyen a propiciar al usuario una falsa sensación de seguridad que conlleva mucha desatención por los riesgos que supone la navegación por internet y el uso descontrolado de las redes sociales, especialmente por los menores.
¿Advierte un aumento de los delitos cibernéticos en este año de pandemia?
Sí, lógicamente el confinamiento primero y las restricciones de movilidad y relación social en las que estamos inmersos ahora, han multiplicado el uso de internet y por lo tanto las oportunidades para los ciberdelincuentes. A mayor número de usuarios mayor riesgo de victimización y mayor número de delitos, sin duda.
“No hagamos en el ciberespacio lo que no haríamos en la calle”
José María Otín
Expertos/as inciden en la necesidad de implementar la alfabetización mediática para desarrollar competencias. ¿Qué opina al respecto?
El desarrollo y la adquisición de competencias digitales tienen una importancia capital en la formación de nuestros niños y jóvenes. No se trata de que sean capaces de manejar con solvencia un amplio abanico de programas y aplicaciones informáticas, se trata de que aprendan cuestiones vitales para que el uso de Internet no resulte perjudicial en su desarrollo como personas. Es prioritario que aprendan una cultura de ciberseguridad, pero también a desarrollar el pensamiento crítico, a identificar y filtrar las fake news y los bulos, a buscar fuentes de información fiables, a conocer las sutiles pero poderosísimas técnicas de manipulación psicológica online… Todo esto y más debería implementarse en el sistema educativo como una asignatura troncal si queremos evitar que las futuras generaciones sean masas adocenadas de individuos acríticos dirigidos y manipulados por los grandes monopolios comerciales y algunos gobiernos.
Cada vez los/as jóvenes crean antes sus perfiles en redes sociales. ¿Considera que debería implementarse formación para saber hacer un buen uso?
Es también muy importante un adecuado control social al respecto. La sociedad está de acuerdo en que no puede dejarse a un niño de 11 años conducir un vehículo a motor, o manejar sin supervisión un arma de fuego. Pero asume con increíble naturalidad que a esas edades e incluso más tempranas, los niños dispongan de dispositivos con acceso libre a Internet y sin ninguna supervisión, lo que puede ser tan peligroso para ellos como conducir el coche sin carné o jugar con un arma cargada.
El desarrollo de la Inteligencia Artficial va a permitir muchos avances tecnológicos, ¿puede llegar a suponer un problema, especialmente, en temas como la desinformación?
No es que pueda llegar a serlo, es que ya lo es. Para manejar el big data generado por el uso de internet ya se utiliza IA, capaz de generar perfiles psicológicos increíblemente precisos tanto a nivel individual como grupal que se utilizan con fines comerciales, pero también para otros fines ilícitos, como la desinformación. Ya se ha demostrado cómo una buena campaña en internet puede modificar el sentido del voto y condicionar el resultado de unas elecciones electorales, por ejemplo.
Por su experiencia, ¿qué consejos daría para concienciar del uso responsable de internet?
Creo que cuatro palabras lo resumen todo: concienciación, formación, supervisión y prudencia. Concienciación, porque sin ser consciente de los riesgos que supone el uso de internet no daremos la importancia necesaria a los siguientes aspectos. Formación para cualquier usuario de Internet sea cual sea su edad, nivel cultural o circunstancias personales. Supervisión para los más pequeños siempre, los niños y jóvenes son un colectivo muy vulnerable a la manipulación y el engaño en internet, a pesar de que sean técnicamente competentes y tengan formación teórica, por su inmadurez intelectual y psíquica al no haber finalizado su desarrollo. Prudencia, porque disminuye enormemente el riesgo de ser víctima en Internet. No hagamos en el ciberespacio lo que no haríamos en la calle.