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“Es difícil ejercer una ciudadanía plena sin una ciudadanía digital”

La tecnología avanza a gran velocidad y, todo ello, obliga a la ciudadanía a estar en un aprendizaje continuo. La UNESCO publicó en 2020 el documento: “Ciudadanía Digital Curriculum para la Formación Docente”, haciendo especial hincapié en la importancia de trabajar en la ciudadanía digital para fortalecer la democracia y la participación. Hablamos con Roxana Morduchowicz, Doctora en Comunicación de la Universidad de Paris y Asesora Senior de la UNESCO en Ciudadanía Digital sobre las competencias en alfabetización mediática e informacional (AMI) de la nueva ciudadanía digital.

Fuente:http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/roxana-morduchowicz-es-dificil-ejercer-una-ciudadania-plena-sin-una-ciudadania-digital/


¿Qué significa ser un ciudadano digital hoy?
Es quien sabe hoy identificar, reconocer, comprender y responder a los grande dilemas y desafíos que genera el uso de Internet. En una frase, ciudadano digital es quien sabe hacer un uso reflexivo crítico, creativo y participativo de las tecnologías y de internet. Internet nos trajo a todos enormes oportunidades como la comunicación a distancia, el trabajo, operaciones médicas, bancarias, etc. Fueron enormes cambios positivos, pero conjuntamente con ello también nos generó enormes dilemas, interrogantes y desafíos que un ciudadano del siglo XXI necesita conocer.
¿Cuáles son algunos de esos dilemas que has mencionado?
Por ejemplo: las noticias falsas, discursos de odio, el uso de datos personales, la huella digital, el big data, la inteligencia artificial y sus usos no éticos. Entonces, necesitamos como ciudadanos/as reconocer estos grandes dilemas, comprenderlos, analizarlos y saber responder. Por eso decimos que hoy no es posible ejercer una ciudadanía plena si además uno no es un ciudadano digital.
Comprender, analizar, responder son estas competencias que no son instrumentales, ¿Por qué es tan importante desarrollarlas?
Estas competencias no tienen que ver con lo instrumental o el manejo de la herramienta o soporte, sino con la reflexión, la actitud crítica, la creatividad, la participación. Hasta hace unos años, la inclusión digital estaba definida básicamente por el acceso, contar con conectividad o con los dispositivos digitales era suficiente para sentirse incluidos, para estar conectados. Hoy se sabe que el acceso es importante, pero no es suficiente para definir la inclusión digital. La Inclusión digital necesita de competencias prácticas y usos, es decir, que el acceso puede ser el punto de partida, pero no el punto de llegada.
Si un adolescente cuenta con dispositivos digitales y acceso a internet, pero no sabe buscar y seleccionar información confiable de la web, participa de acciones de bullying, sube demasiada información personal porque no mide el alcance de la web y no entiende el funcionamiento o incidencia de los algoritmos en su vida cotidiana, no podemos hablar ni de nativos digitales ni de inclusión por el hecho de contar con los dispositivos si no cuenta con las competencias, las prácticas y los usos que permiten hacer de internet un aprovechamiento en todo su potencial de manera segura, responsable, crítica y participativa.
¿Cuál es el rol de los diferentes actores sociales para construir un entorno digital plural y menos agresivo?
Para poder responder esta pregunta quiero hacer referencia a mi último libro editado por Fondo de Cultura y se titula “Adolescentes, participación y ciudadanía digital“. Este libro está basado en una investigación realizada que arroja resultados que son de Argentina, pero pueden ser trasladados a otros lugares del mundo. Lo primero que llama la atención es que, si bien el 100% de los adolescentes tienen un perfil en una red social, solo el 45% brinda su opinión sobre temas que los afectan y preocupan cuando están en las redes. Y hablamos de brindar opinión como el primer paso en la participación, porque luego vendrá la acción, pero lo primero que queremos en temas de participación es que los adolescentes se animen a participar en temas que les preocupan o afectan. Y si todos están en una red social, ¿por qué solo una parte él participa? El 50% de los adolescentes que dio su opinión sobre temas que le interesan sufrió alguna intimidación, acoso o burla.
Los actores responsables que pueden transformar esta realidad somos todos. Los adultos, en general, como padres y como docentes que convivimos con adolescentes y niños. También crear políticas públicas que nos expliquen las formas de participación que genera internet y cómo ejercer esta participación, cómo trabajar el lenguaje digital para no herir la sensibilidad de los demás, sino para ser respetuosos de lo que opinan y de la pluralidad. Pero también las compañías tecnológicas son responsables de hacer de Internet un entorno seguro, un ambiente plural y que fomenten de alguna manera la participación de manera plural y diversa. En síntesis, el Estado a través de la escuela y campañas de comunicación, también el sector privado como las compañías tecnológicas y los medios de comunicación. Todo esto hace al fortalecimiento de la democracia y en esto todos somos protagonistas.
En esta conversación han surgido palabras como ciudadanía digital, conocimiento y democracia ¿cuál es la relación entre estos conceptos?
Es difícil ejercer una ciudadanía plena sin una ciudadanía digital, porque hoy en día entender los principios que rigen el entorno digital es fundamental para ser un ciudadano pleno en democracia. Por ejemplo: las investigaciones internacionales muestran que cuando adolescentes y adultos buscan información en internet para inquietudes personales o para responder a consignas escolares, se quedan con el primer link que encuentran porque creen que es el más seguro, cuando frecuentemente es el que pagó para figurar primero en la lista. O tampoco comparan y contrastan distintos sitios o informaciones porque les resuelve la consulta, pero no analizan la procedencia, la fuente, el autor, ni su trayectoria o antecedentes para hablar del tema. Más llamativo que esto es el hecho de que la mayoría de las personas confía en un contenido solo por el hecho de haberlo recibido de un contacto conocido o de un familiar. Entonces la variable de quién me envió la información es más importante de quién la produjo.
¿Y cuáles son las consecuencias directas de esto?
Por un lado, un uso limitado y pobre de la información y además el gran riesgo de viralizar y compartir información de dudosa credibilidad. Esto está directamente con el fortalecimiento o no de la democracia. Porque la información es un insumo fundamental para la toma de decisiones, si consumen información de dudosa credibilidad, la decisión que tomen no va a ser reflexiva o fundamentada. Entonces aquí vemos cómo saber identificar información confiable y saber distinguirla de aquella que no lo es o que es completamente falsa es una competencia fundamental para ejercer una ciudadanía democrática y plena.

¿Por qué el documento de Ciudadanía Digital está destinado a docentes?
En la UNESCO hay una fuerte decisión que es comenzar a capacitar a docentes en lo que respecta a ciudadanía digital para que puedan enseñar ciudadanía digital y formar a los alumnos y sean capaces de entender cómo funciona el entorno digital, los principios que rigen internet y entender las tecnologías desde no desde lo instrumental sino desde el uso crítico, creativo y reflexivo. La clave son los docentes. Desde la UNESCO, pensamos que los docentes deben capacitarse desde su formación, así al momento de egresar o graduarse, ya van a tener una formación en ciudadanía digital y saber cómo implementarlo en clase con sus alumnos. También promovemos la capacitación permanente para actualizar a todos los docentes en estos temas. Por otro lado, estamos trabando con Ministerios de Educación de América Latina para que inserten la ciudadanía digital en la formación docente. Esto implica trabajar con los equipos de currículum y formación de los ministerios para que la ciudadanía digital sea una realidad en el currículum de la formación docente.