A pesar de todo, la realidad es que en México y en todo el mundo los jóvenes tienen sexo: de nada sirve negarlo. También es cierto que sin importar su edad, desconocen aún muchas cosas, y por falta de una guía clara, se ponen en situaciones complicadas o que ponen en riesgo su salud.

Informarse es vital

La sexualidad sigue siendo un tema tabú, cargado con un montón de mitos y prejuicios que prevalecen sin importar la edad. Por ello, la mejor herramienta siempre será la información. Mantente informado, investiga e infórmate. Asimismo, evita dar información a medias ante cuestionamientos que no sepas responder.

Crea un espacio seguro

Es probable que algunos de tus alumnos no tengan un espacio o personas de confianza con quienes compartir sus dudas. Crear en el aula un espacio seguro en el que ellos puedan expresar sus dudas, experiencias e inquietudes es esencial. Sin embargo, no exhibas a nadie ni tampoco los fuerces a participar. Lo más probable es que se acercarán a ti en privado si tienen alguna pregunta más personal, por lo que conviene estar preparado.

Evita los juicios

La sexualidad se practica de muchas maneras, y algunas son muy distintas de nuestros creencias y valores. Por ello, es importante tener la mente abierta al escuchar a los alumnos y permitirles expresar sus inquietudes en un ambiente seguro.

Privilegia su bienestar

Déjales claro que el consentimiento mutuo es vital en toda práctica, y señala los riesgos de toda actividad potencialmente peligrosa. No se trata de asustarlos, sino de que tomen decisiones conscientes e informadas.

Involucra a los padres y a la institución

Los alumnos no son los únicos con dudas: los mismos padres también desconocen muchas cuestiones al respecto. Por ello, promueve en tu escuela talleres y pláticas especializados para ellos. Si todos tienen la misma información, será más fácil brindar una guía clara a los jóvenes.