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Ansiedad y Docencia: Tips para el día a día

Aunque amamos la docencia, el ejercicio de esta profesión no es nada fácil, por el contrario, se trata de uno de los trabajos más complicados y que ejerce mayor presión sobre quienes lo realizan...
La prevalencia de estas enfermedades no es algo azaroso entre los docentes, el trato diario con tantas personas, las limitantes y la gran variedad de situaciones que enfrentan en su día a día, así como la gran importancia de su labor, los hacen vulnerables a estas enfermedades, especialmente en contextos adversos que están fuera de su control.
Es importante trabajar para prevenir e identificar estos trastornos que afectan la vida del docente en todo sentido, pero también es necesario aprender a lidiar con ellas, tratarlas correctamente y encontrar formas eficientes de convivir con ellas en el salón de clases.

Prevenir
A veces, la ansiedad o las consecuencias de vivir estresados no las notamos hasta que se presentan con síntomas físicos, los cuales además pueden ser muy aterradores, por ejemplo los ataques de ansiedad, caracterizados por la sensación de falta de aire, el dolor opresivo en el pecho, taquicardia, síntomas que fácilmente nos pueden llevar al hospital, aunque en sí mismos no representan un riesgo para la salud.
En general es necesario cuidarnos, tomar un tiempo para escuchar a nuestro cuerpo y concentrarnos un poco en nosotros mismos. También es importante manejar nuestras emociones y en general conocernos un poco más.

Ya tengo ansiedad
¿Cómo sobreponerse a la ansiedad en un contexto educativo? Vivir con un trastorno de ansiedad no es nada fácil, pero como docentes puede representar retos especialmente difíciles. ¿Qué pasa si tenemos una crisis de ansiedad mientras estamos en clase? ¿Cómo podemos ayudar a los estudiantes si a nosotros mismos nos cuesta manejar ciertas situaciones?
Aquí hay algunas ideas que podrían ayudarte.

Busca ayuda profesional
Por más obvio que esto parezca, puede ser lo más difícil. Socialmente aun existe un fuerte estigma hacia las enfermedades mentales, por lo que muchas veces pensar en ir con un psicólogo resulta algo incómodo y aterrador, mucho peor si es necesario ir con un psiquiatra o recibir medicación. Así que hablar de la ayuda profesional es esencial. Acude con un terapeuta y si te recomiendan algún tipo de medicación no rechaces la idea. Investiga y expón con tu médico todos tus temores, dudas y preocupaciones, si no te sientes cómodo busca una segunda opinión o cambia de especialista, pero esto podría ser de gran utilidad para tu vida diaria.

Aprende tácticas y estrategias diarias
Aunque las crisis de ansiedad pueden ocurrir en momentos totalmente inesperados, existen pequeñas tácticas con las que podemos tenerlas bajo control.
Respirar profundamente y con mucha atención: este es el principio básico de la meditación y es muy útil para calmar la ansiedad, puedes buscar algunas aplicaciones que te ayudarán con series de respiraciones o simplemente contar los segundos al inspirar y exhalar, creando un patrón.

Técnicas de anclaje: La ansiedad puede resultar desconcertante, pero una técnica muy útil en esos momentos se trata de concentrarnos en estímulos sensoriales que nos ayuden a mantenernos en el momento presente. Cuando sientas que la ansiedad toma control busca cinco cosas que puedas nombrar al verlas, cinco colores diferentes a tu alrededor, cinco cosas que puedas tocar o cinco sonidos que puedas identificar.
Es temporal: Una vez que experimentamos ansiedad, uno de los mayores desencadenantes es el miedo a sentirla de nuevo. Pero al momento de sufrir una crisis, algo que puede ayudar es tener en mente que se trata de algo temporal. Ya conoces los síntomas, ya sabes cómo se siente, ademá sabes que se trata de algo pasajero, aunque muy incómodo, también no durará demasiado.
Identifica qué lo provoca: Esta parte es fundamental, ya sea para cambiar ese estímulo o para enfrentarlo. Puede ser que el estado de ansiedad sea generalizado, pero podemos identificar en nuestro día a día los patrones que despiertan en nosotros ese estado con mayor intensidad. ¿Es alguna actividad que no puedes evitar en tu labor diaria? ¿Es algún sonido o algún estímulo singular? ¿Tienes algún tempor específico? Esta parte puede ser difícil, pero es muy importante. Hablar con un terapeuta puede ayudarte a desenrollar ese hilo. Pero en tu día a día, saber qué te causa ansiedad te ayudará a enfrentarlo.

Aprende sobre la ansiedad
No se trata de convertirse en un psicólogo experto, pero saber qué es la ansiedad, por qué ocurre, qué hace en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo tal vez te ayude a entenderte un poco mejor, así sentirás menos miedo de lo desconocido y estarás más preparado para enfrentarlo.

En general es necesario cuidarnos, tomar un tiempo para escuchar a nuestro cuerpo y concentrarnos un poco en nosotros mismos. También es importante manejar nuestras emociones y en general conocernos un poco más.

Ya tengo ansiedad
¿Cómo sobreponerse a la ansiedad en un contexto educativo? Vivir con un trastorno de ansiedad no es nada fácil, pero como docentes puede representar retos especialmente difíciles. ¿Qué pasa si tenemos una crisis de ansiedad mientras estamos en clase? ¿Cómo podemos ayudar a los estudiantes si a nosotros mismos nos cuesta manejar ciertas situaciones?
Aquí hay algunas ideas que podrían ayudarte.

Busca ayuda profesional
Por más obvio que esto parezca, puede ser lo más difícil. Socialmente aun existe un fuerte estigma hacia las enfermedades mentales, por lo que muchas veces pensar en ir con un psicólogo resulta algo incómodo y aterrador, mucho peor si es necesario ir con un psiquiatra o recibir medicación. Así que hablar de la ayuda profesional es esencial. Acude con un terapeuta y si te recomiendan algún tipo de medicación no rechaces la idea. Investiga y expón con tu médico todos tus temores, dudas y preocupaciones, si no te sientes cómodo busca una segunda opinión o cambia de especialista, pero esto podría ser de gran utilidad para tu vida diaria.

Aprende tácticas y estrategias diarias
Aunque las crisis de ansiedad pueden ocurrir en momentos totalmente inesperados, existen pequeñas tácticas con las que podemos tenerlas bajo control.
Respirar profundamente y con mucha atención: este es el principio básico de la meditación y es muy útil para calmar la ansiedad, puedes buscar algunas aplicaciones que te ayudarán con series de respiraciones o simplemente contar los segundos al inspirar y exhalar, creando un patrón.
Técnicas de anclaje: La ansiedad puede resultar desconcertante, pero una técnica muy útil en esos momentos se trata de concentrarnos en estímulos sensoriales que nos ayuden a mantenernos en el momento presente. Cuando sientas que la ansiedad toma control busca cinco cosas que puedas nombrar al verlas, cinco colores diferentes a tu alrededor, cinco cosas que puedas tocar o cinco sonidos que puedas identificar.
Es temporal: Una vez que experimentamos ansiedad, uno de los mayores desencadenantes es el miedo a sentirla de nuevo. Pero al momento de sufrir una crisis, algo que puede ayudar es tener en mente que se trata de algo temporal. Ya conoces los síntomas, ya sabes cómo se siente, ademá sabes que se trata de algo pasajero, aunque muy incómodo, también no durará demasiado.
Identifica qué lo provoca: Esta parte es fundamental, ya sea para cambiar ese estímulo o para enfrentarlo. Puede ser que el estado de ansiedad sea generalizado, pero podemos identificar en nuestro día a día los patrones que despiertan en nosotros ese estado con mayor intensidad. ¿Es alguna actividad que no puedes evitar en tu labor diaria? ¿Es algún sonido o algún estímulo singular? ¿Tienes algún tempor específico? Esta parte puede ser difícil, pero es muy importante. Hablar con un terapeuta puede ayudarte a desenrollar ese hilo. Pero en tu día a día, saber qué te causa ansiedad te ayudará a enfrentarlo.

Aprende sobre la ansiedad
No se trata de convertirse en un psicólogo experto, pero saber qué es la ansiedad, por qué ocurre, qué hace en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo tal vez te ayude a entenderte un poco mejor, así sentirás menos miedo de lo desconocido y estarás más preparado para enfrentarlo.

Los docentes tienen a sufrir de estrés y de enfermedades relacionadas con esto, como el Síndrome del Quemado (Burn out), el Trauma Vicario, así como enfermedades como depresión o ansiedad.

Autor:Sala de maestros
Fuente:https://activistasnte.mx/articulos/ansiedad-y-docencia-tips-para-el-dia-a-dia

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